El bodegón no es un tema que suela tratar pero si me gusta pintar de vez en cuando. A diferencia del paisaje o las marinas los bodegones me permiten concentrarme bastante en un objeto en concreto y no es toda una composición o escena. Al concentrarme en algo durante mucho tiempo ocurre que se empieza a observar cómo algo tan simple como una pieza de fruta o un conjunto de verduras puede resultar atractivo. Lo bonito de la pintura figurativa quizás sea eso que cuando concentramos nuestra atención en un objeto o persona empezamos a verlo con otros ojos y que lo que antes quizás no nos atraía con una simple mirada al observarlo más detenidamente para pintarlo comprobamos que es realmente bello y vemos también lo complejo que es cada elemento. Esto me ocurre cuando pinto bodegones ya sea al oleo o acuarela. Como este blog está dedicado a la acuarela presento tres
bodegones realizados en los últimos tiempos con un formato apaisado. Es bonito jugar con la luz en este tipo de cuadros realizando estudios de luz de la composición y colocando las piezas como nos venga mejor con una luz diferente en cada caso. Salvo en la tercera acuarela en la que se pueden ver unos melocotones con un jarro de barro y que posee una pincelada más redonda y fundiendo unos colores con otros en los dos primeros se puede decir que tienen un carácter más impresionista creados con una pincelada más corta y suelta, con más capas de color y más diluida en agua utilizando un papel más ligero también de menor gramaje a diferencia de la tercera acuarela que utilicé un papel Bockingford de 300 gramos que ofrece una luminosidad en los colores y una resistencia al agua que pocos papeles pueden igualarlo. Espero que os gusten estos tres ejemplos de bodegones en acuarela.
bodegones realizados en los últimos tiempos con un formato apaisado. Es bonito jugar con la luz en este tipo de cuadros realizando estudios de luz de la composición y colocando las piezas como nos venga mejor con una luz diferente en cada caso. Salvo en la tercera acuarela en la que se pueden ver unos melocotones con un jarro de barro y que posee una pincelada más redonda y fundiendo unos colores con otros en los dos primeros se puede decir que tienen un carácter más impresionista creados con una pincelada más corta y suelta, con más capas de color y más diluida en agua utilizando un papel más ligero también de menor gramaje a diferencia de la tercera acuarela que utilicé un papel Bockingford de 300 gramos que ofrece una luminosidad en los colores y una resistencia al agua que pocos papeles pueden igualarlo. Espero que os gusten estos tres ejemplos de bodegones en acuarela.