Madrid merece la pena ser pateada de arriba a abajo y no pensar que se trata de una urbe incómoda o llena de ruidos y humos. Es posible encontrar lugares tranquilos que permanecen intactos desde hace siglos, o por lo menos no se han distorsionado como en otro lugares históricos de la ciudad. En esta ocasión hablo de un par de acuarelas de mediano formato de dos lugares muy conocidos que son la Plaza de Oriente y la Ermita de San Antonio en el paseo de la Florida. Ambos lugares se pueden ver sin
agobio y entre los que poseen edificios muy importantes como es el caso del Teatro Real de
al primera acuarela que se ve al fondo rodeado de jardines con estatuas de todas las dinastías de reyes que han pasado por nuestro país y el caso más artístico de la ermita de San Antonio que posee una cúpula con unos frescos pintados por Francisco de Goya que son una auténtica maravilla. Ambos cuadros los he pintado con un papel que ofrece luminosidad y realza los colores, se trata del papel de marca Saunders Waterford, hecho a mano de modo tradicional. Son dos escenas con una luz de primavera típica de Madrid y con un cielo azul que he realizado con un lavado de azul de ultramar mezclado con un azul cian y dejándolo caer para crear un efecto de mayor a menor intensidad.